Cuando la encontré, tenía el vestido blanco pegado a su cuerpo, y parecía estar sonriendo. Estaba sentada en la ducha, con los ojos cerrados y una línea de sangre bajaba desde sus labios. Tenía moretones en las piernas y en los brazos. Su pelo oscuro olía a alcohol.
La conocí hace tres años, en una cafetería. Cuando se acercó a pedirme la orden, reconoció la canción que estaba silbando, y casi inmediatamente comenzamos a hablar de bandas. AC/DC. The Strokes. Led Zeppelin. Stone Temple Pilots. Frank Sinatra. The Fratellis. Me dolían las mejillas de tanto sonreír.
Quedamos en ir al parque al día siguiente. Cuando la vi sentada cerca del lago creí que era de otro planeta. Recuerdo haber pensado "nunca un vestido rojo se había visto tan bien". Su largo cabello ondulado. sus ojos ondulados, el olor de su perfume, el sabor de su labial. Todo en ella era tan simple. Tan impresionantemente hermoso.
No sé si fue un error, pero me sentía bien estando con ella. Sentir su risa, su perfume. Besarla al abrir la puerta. Era un deleie para mí.
Era demasiado bueno para ser verdad.
Desapareció minutos antes del comienzo de la ceremonia. No estaba en la iglesia. No estaba en el auto. Ni en el departamento o en casa de sus padres. No estaba, simplemente había desaparecido.
Tal vez era demasiado bueno para ser verdad. Tal vez ese vestido rojo era de alguien más. Tal vez debí haber ido a la otra cafetería.
Se veía hermosa de blanco. Su sonrisa era encantadora. Parecía un ángel. Mi ángel guardian salido de una cafetería, con pelo negro y tatuajes.
Incluso con sangre y moretones, era hermosa.